La zona chiquitana apuesta por el turismo vivencial para mostrar las tradiciones josesanas. El Telar, La Tranquera y La siesta del posoka son algunas de las paradas que oferta este lugar al visitante.

Un paseo por San José de Chiquitos, un municipio escuela
Juanita Tomichá, en su pascana, La siesta del posoka, prepara horneados y oferta artesanías.

genteviernes, 26 de julio de 2019 · 00:04

 Anabel Vaca  / San José de Chiquitos

Un concierto de música barroca interpretado por niños y jóvenes, dentro del histórico Templo Misional de San José de Chiquitos, le dio  la bienvenida a un grupo de invitados bolivianos y extranjeros  que fueron parte del Octavo Encuentro Internacional de Ciudades Intermedias, que se realizó en la ciudad de Santa Cruz. La visita  tenía el objetivo de recorrer   la ciudad intermedia, catalogada de  modelo o Municipio Escuela.

La orquesta, el turismo vivencial, el patrimonio histórico cultural y natural, la Escuela Taller, el Plan Misiones y los servicios públicos que ofrece  San José de Chiquitos le valieron, en 2015, el nombre de Municipio Escuela, título que le dio el Centro para la Participación y Desarrollo Humano Sostenible (Cepad).

  Los pequeños de la guardería municipal.

Hoy las autoridades locales presumen el crecimiento del pueblo, que incluye una ruta de turismo vivencial, una biblioteca a punto de inaugurarse, un sistema de salud gratuito en un  hospital  de segundo nivel, centros infantiles y de adultos mayores, y las reservas naturales que se pueden apreciar al visitar el cálido pueblo chiquitano.

“En 1999 me propusieron comenzar a trabajar en el proyecto y decidimos  armar la propuesta. A partir del 2005 asumí la gestión municipal con la idea clara de convertir a San José en un municipio turístico y productivo, pero generando las condiciones básicas y fundamentales para que la gente viva mejor”, aseveró el alcalde de San José, Germaín Caballero.

 La tradicional máscara artesanal de la  danza de los abuelos.

Entre los posokas (visitantes) estuvo el alcalde de Riberalta, Beni, Omar Núñez Vela, quien busca  convertir a su  municipio  en una “ciudad modelo”. “Este recorrido fue un aprendizaje y al mismo tiempo se tiene una idea de cómo uno puede implementar propuestas que no se las está haciendo o se las está realizando de otra manera”, dijo Núñez.

Los turistas extranjeros   destacaron el turismo y los servicios públicos con los que cuenta  el San José de Chiquitos. Tanto así, que   decidieron forma una comisión internacional para ser portavoces y buscar financiamiento externo para apoyar al crecimiento del pueblo.

“Vamos a constituir un comité de expertos para convertirnos en los agentes que divulguen el valor de San José y trabajaremos en la búsqueda de financiamiento en España para proyectos”, dijo el director de la Asociación de Municipios de Camino de Santigo de, Ernesto Gómez.

  Luis Felipe Pari toca la quena en la pascana La tranquera.

Josesanos y  el turismo vivencial

Durante el recorrido, las hermanas josesanas Roxana y Fátima Posiva,  junto a sus padres, abrieron  las puertas de su hogar a  los turistas. Mientras sus ágiles manos tejían,   explicaban el paso a paso de su trabajo  en hilo. También prepararon   el tradicional mate quemado, hecho a base de hojas de limón y azúcar pasados por carbón.

El recorrido por la casa El Telar de la familia Posiva forma parte de la ruta para conocer   la cultura viva josesana a través del turismo vivencial. La iniciativa, impulsada por el Cepad, tiene el objetivo de dar a conocer y poner el valor  la tradición, la artesanía y la gastronomía de la zona chiquitana.

 La orquesta infanto-juvenil deleita a los turistas con su interpretación.

“Es un aporte significativo para la economía local dado que permite contar con un producto de turismo vivencial de calidad disponible todo el año. La ruta SaboreArte permite captar un nicho de mercado con una oferta novedosa que fusiona todas las potencialidades de un territorio”, dijo el presidente del Cepad, Rubens Barbery Knaudt. 

Son siete pascanas (paradas) las que forman parte de la ruta y serán parte de la quinta versión del Festival Gastronómico Posoka Gourmet Turismo por los Sentidos, que se llevará a cabo del 6 al 8 de septiembre.

  Una de las salas del Conjunto Misional Jesuítico, parte del recorrido.

La tranquera es otra parada. Ahí,    Luis Felipe Pari talla en madera las máscaras de la danza tradicional de Los abuelos. Durante la visita, Pitágoras, como se lo conoce en el pueblo, resalta su pasión por la gastronomía invitando un vaso de somó a los turistas, mientras rememora anécdotas de su niñez.

La casa del bastón, La siesta del posoka, la Escuela Taller de la Chiquitania, la Escuela de Música Barroca y la tienda de artesanías Paucara también conforman la ruta de cultura viva de San José de Chiquitos.

Los visitantes posan en el techo del conjunto misional.

  Legado misional en San José de Chiquitos

Una visita a San José de Chiquitos conlleva recorrer y conocer el museo en la Casa de los Misioneros o Colegio. Este importante elemento del conjunto misional es como una bóveda, tiene seis salas y dos corredores.

El principal atractivo del museo son las pinturas murales restauradas y que permanecieron ocultas detrás de capas de pintura y cal. La más antigua data de 1754. Otras recrean escenas del rey de España y su corte (1808-1810), destaca una publicación que promociona la actividad cultural en el pueblo.

   Pitágoras talla para los turistas la máscara del abuelo, en La tranquera.

El conjunto misional de San José de Chiquitos es una de las seis misiones de la región chiquitana declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, en 1990. 

Se trata de uno de los monumentos más antiguos levantados por la Compañía de Jesús en el oriente boliviano. El legado misional de San José fue construido en tres etapas, a partir de 1735, con la ayuda de al menos 5.000 indígenas. Se destaca por ser el único templo de las misiones con un frontis de piedra y cal.    
 

Un tallado en árbol dentro del Parque Nacional Histórico Santa Cruz la Vieja.
 Fátima Posiva teje para los turistas en su pascana, El telar.

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